A UNIÃO IBÉRICA JÁ CANTA EM ESPANHA (I)
(*) Mendonça Júnior
Acabo de receber, por e-mail, um comentário, entre comas, de um cidadão da nossa vizinha Espanha que, – com a devida vénia e devida autorização do seu autor César Carmona, – se enquadra perfeitamente na tese da UNIÃO IBÉRICA que temos vindo a defender: A melhoria da vivência dos portugueses e dos espanhóis, excepcional presença na União Europeia e no Mundo, residirá numa UNIÃO IBÉRICA constituída por Estados Federados das suas regiões do continente e ilhas.
«Estimado Coronel Mendoça:
Mi nombre es César Carmona Tapia y soy un joven español de 25 años nacido en la ciudad de Granada. Siento mucho no poder expresarme en portugués, pero aunque lo comprendo bien, soy incapaz de escribirlo correctamente. Ruego acepte mis disculpas y espero que comprenda bien lo que quiero expresarle.
Hace tiempo vengo pensando en la posibilidad de crear una especie de entidad "meta-nacional" en la península Ibérica. Algo así como lo que usted propone en su blog, pero sin una carga nacionalista patriótica marcada, que puede dar lugar a un fuerte rechazo por parte de la mayor parte de la población. Sin embargo, pienso que la historia de España y la de Portugal han ido prácticamente siempre pararelas y creo en definitiva que los pueblos ibéricos (todos) forman parte de un gran pueblo común cuyas tradiciones, idiosincrasias, anhelos, victorias y fracasos han corrido prácticamente de la mano a lo largo de los siglos.
Por esta razón creo que sería algo muy bonito que los dos Estados ibéricos pudieran asociarse en una entidad supranacional sólida e ilusionante que hiciera de nuestras dos naciones un todo más fuerte, solvente y con mayor capacidad de decisión en el mundo. Es evidente que hay diferencias importantes que los dos Estados deben superar para lograr convertirse en un único país, como el mismo hecho de que los modelos de Estado son muy diferentes en un país y en otro. Sin embargo, pienso que podría ser interesante introducir un concepto nuevo, una especie de "Monarquía republicana" que sirviera para poder conjugar ambos sistemas.
En España no está tan claro que la monarquía vaya a perdurar en el tiempo como sistema. Mientras viva Juan Carlos es seguro que sí, y con total seguridad su hijo Felipe también ostentará el cargo. Sin embargo, la tendencia en España es, cada día más, a converger hacia un modelo federal que sea capaz de vertebrar las diferentes partes del Estado. Y así lo desea en el corazón una gran parte de los españoles, que empiezan a comprender que el sistema monárquico actual es una secuela del franquismo y que, a pesar de los grandes logros conseguidos en estos 30 años de democracia, la II República Española se recuerda cada vez más como el gobierno legítimo que fue destruido de manera brutal y cuyas consecuencias aún sufrimos.
Pero volviendo a la realidad, a pesar de que se está haciendo un esfuerzo importantísimo para que la calidad de vida sea equiparable en cualquier parte del Estado español, todavía queda mucho trabajo por hacer. Más aún, si pensáramos en crear un "meta-estado" hispano-luso el papel de Portugal debe ser crucial en el sentido socioeconómico para que la cosa funcione. Me refiero a que muchos españoles no estarían dispuestos a hipotecar parte de su desarrollo en el caso eventual de que las dos naciones se unieran, dado que Portugal en los últimos años está siguiendo un camino diferente al español en materia de desarrollo económico (algo así como lo que ha sufrido Alemania tras su reunificación, salvando obviamente las diferencias entre el caso ibérico y el germánico). Es muy importante pensar en políticas socio-económicas adecuadas para que Portugal acabe con desigualdades territoriales y con un balance que le es desfavorable comparativamente hablando con España.
Con todo, quiero expresarle mi alegría por que un proyecto como la Unión Ibérica esté en mente de más personas. Ojalá algún día se haga realidad. No dude en que seguiré atento al desarrollo de su blog y a las noticias que puedan ir apareciendo al respecto en España para comunicárselas a usted. Reciba un cordial saludo, César Carmona».
(*) Coronel de Cavalaria
1 Comments:
Soy César Carmona, autor del artículo contenido en el "post" "La União Ibérica já canta en Espanha".
Lamento nuevamente expresarme en lengua española, dado mi exiguo conocimiento de la lengua portuguesa. Estoy en general de acuerdo con lo que dice Jano en su comentario, aunque en el fondo de la cuestión, la legitimidad de la II república, no lo estoy tanto. Es cierto lo que comentas de cómo se alzó la República, pero en ningún caso los políticos de corte republicano animaron al alzamiento, al golpe de Estado ni a la Guerra Civil. La situación de los partidos monárquicos, a pesar de la victoria en las zonas rurales, era muy débil. La monarquía de Alfonso XIII ya estaba debilitada desde la dictadura de Primo de Rivera, y dejaba mucho que desear como sistema estable. Además, fue la propia monarquía la que dio el paso atrás y cedió ante el clamor popular, además de las posturas de la clase intelectual de la época, que apoyaban casi sin paliativos el establecimiento de una República.
Por otro lado, creo que está más que probado históricamente que la vocación democrática de la II República era clara, que los avances hacia el pluralismo político, el parlamentarismo, el sufragio universal (incluida la mujer, recordemos, primer país de Europa en reconocerla), avances espectaculares cualitativos y cuantitativos en materia de educación. La República soñaba con crear un Estado moderno y culto, pero se encontró con la realidad del país: ignorancia, caciquismo, lobbies militares.
Aunque el Ejército estuviera bajo la tutela del Gobierno, fue una gran parte del mismo la que traicionó sus juramentos constitucionales y de alzó contra el régimen republicano. Y sí, fue un régimen. Un régimen de república constitucional.
Por otro lado, la idea de una "monarquía republicana" que defiendo no es más que decir que es necesario encontrar una figura supranacional, con menos poderes incluso que los Jefes de Estado de los respectivos países, pero que represente a la institución. Evidentemente, ambos sistemas son incompatibles bajo un mismo Estado, pero no bajo una entidad más "etérea", pero no por ello vacía de significado, como podría ser la Unión Ibérica.
Está claro que no se puede unir a España y Portugal como un único país de la noche a la mañana. Es necesaria una entidad supranacional, consultiva, simbólica, que una los lazos de ambos países (por cierto, también habría que incluir a los otros Estados de Iberia: Andorra y Gibraltar, este último como entidad independiente de Reino Unido). La unión real entre los dos países la daría el tiempo y sin duda ocurriría, puesto que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan.
Me emociona ver que cada vez "canta más la Unión Ibérica en España". Un saludo a todos, en particular al coronel Mendonça Júnior, alma-mater de este foro de discusión.
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